Pertenece a la familia de las cricíferas, que está compuesta por el brócoli, la col, las coles de Bruselas y la coliflor. Su nombre deriva de la forma en que se colocan sus hojas. Cuando una verdura forma repollo quiere decir que sus hojas se comprimen y se abrazan, apretándose tan estrechamente unas sobre otras que forman entre ellas una bola compacta y firme. Esto es lo que le sirve de reserva alimenticia de la planta.
Perfecta verdura de invierno está disponible en los mercados en los meses más fríos del año, de septiembre a mayo, siendo su momento álgido cuando llega el duro invierno. Se encuentra en los mercados sin desprenderse de sus arrugadas hojas exteriores que la cubren y la protegen.
Se puede conservar en la nevera, sin lavar, dentro de una bolsa de plástico perforada. También se pueden congelar enteros si previamente se escalda de tres a cinco minutos.
Propiedades nutricionales
Al igual que las demás variedades de col, el repollo es una buena fuente de vitamina C y de ácido fólico. Además, tiene componentes con acción antiviral, antioxidante, depurativa y preventiva en algunos tipos de cáncer, como el de mama.
El repollo es rico en fibra por lo que es adecuado para regular el tránsito intestinal; el inconveniente es que su contenido en celulosa y en compuestos azufrados pueden producir gases y flatulencias.
Variedades
- Capitata: Son hortalizas de cogollo muy apretado y hojas lisas. Pertenecen a esta clase, la col Corazón de Buey (de hojas verde brillante, lisas y con forma de corazón) y la lombarda (subvariedad que toma el color púrpura con hojas apretadas y algo rugosas, su gusto e más suave, aunque algo amargo).
- Pekinensis: Es el repollo alargado con hojas arrugadas. El más conocido es el denominado, China. Con un parecido mayor a la lechuga que a la col, en sus hojas destaca su fuerte y visible nervio. No confundir con la col china.
- Sabauda: De cogollo redondo, sus hojas son arrugadas o muy rizadas. Es el caso de la col Milán o, más conocida, como repollo. La pella es grande, esférica y de color blanco.
Modos de consumirla
Se puede tomar crudo o hervido. Si optas por lo segundo, se puede reducir el fuerte olor que desprende cuando vayas a cocerla, añadiendo un trozo de pan impregnado en vinagre. Se puede conservar el caldo de cocción para hacer otra preparación o aprovecharlo para hacer una sopa o un consomé, ya que guarda gran parte de su contenido en vitaminas y minerales. Al cocinar sus hojas, se pueden hacer rollitos, empanadillas o prepararlo de otras formas más originales como: rebozado, asado al horno, hervido, salteado o como acompañamiento a carnes. Por el contrario, si se consume crudo, es recomendable elegir la col blanca para ensaladas, también la lombardea suele ser utilizada por su vistoso color y su sabor más delicado. Además, las hojas de la lombarda resultan más suaves y digestivas que las del resto de coles.
Receta: “Rollitos de repollo con carne y queso”
Ingredientes: 20 hojas de repollo / 300 g de carne picada / 2 huevos / 4 cucharadas de nata / 4 cucharadas de queso parmesano rallado / 1 cucharada de perejil picado / 3-4 cucharadas de aceite de oliva / un vaso de caldo / sal.
Preparación: Quita las hojas más duras del repollo y selecciona las más tiernas. Lávalas y cuécelas unos cinco minutos en una cazuela con agua hirviendo hasta que estén blandas. Retira, escurre y deja que se sequen. Mezcla la carne picada, poco a poco, con el resto de ingredientes. Con la ayuda de un tenedor ve uniéndolo todo hasta formar una masa manejable. Abre las hojas, rellénalas con la carne y ciérralas con un palillo. Haz lo mismo con el resto. Precalienta el horno a 180 ºC. Pon los rollitos en una fuente de horno, con un poco de aceite y caldo, espolvorea con queso rallado y hornea entre 20 y 30 minutos.
En la sociedad occidental actual, uno de los nutrientes que más alarma social genera es la grasa. Es necesaria, en cierta medida, para el correcto funcionamiento del organismo, pero no todos los tipos son iguales.
Cuando una persona comienza a hacer una dieta, está rodeada continuamente de tentaciones, pero con esfuerzo y sacrificio, la recompensa vale la pena.
Por fin podemos hacer un viaje! Aunque tener diabetes no incapacita para evadirte de tu rutina, sí que tienes que tener presente algunos aspectos para que disfrutes del viaje sin complicaciones.