Se conocen también como nueces australianas, ya que son originarias de allí, aunque su cultivo se ha extendido por otras zonas como Hawai y Sudáfrica.
Las nueces de macadamia quizá puede confundirse con las comunes, pero tan sólo comparten el nombre, porque botánicamente no están unidas. Las nueces de macadamia tienen un sabor particular, es decir, diferente al de las nueces y al del resto de frutos secos.
Son apreciadas como frutos secos selectos por su textura agradable, de sabor cremoso con un toque dulce. Tienen un color blanquecino y su forma redonda recuerda más a una avellana (aunque más grande), que a una nuez.
No conviene tomarlas en exceso, ya que al ser tan ricas en grasas (aunque éstas sean muy saludables), pueden resultar pesadas al hacer la digestión.
• Propiedades nutricionales de las nueces de macadamia
Su composición nutricional se asemeja al resto de frutos secos, pero existe alguna diferencia:
- Son altamente energéticas, cualidad que comparte con el resto de frutos secos.
- Son uno de los frutos secos más grasos, pero la mayor parte de esas calorías constan de grasas monoinsaturadas, que son buenas para el corazón. Tienen el efecto de reducir las cifras de colesterol LDL (malo), aumentar el colesterol HDL (bueno) produciendo así un efecto protector frente a las enfermedades cardiovasculares (angina, infarto de miorcardio…). Así pues los expertos apuntan que “el consumo habitual de frutos secos puede prevenir miles de muertes”.
- Su aporte proteico es inferior al del resto de frutos secos y su aporte de hidratos de carbono es algo superior.
- Son ricas en fibra, lo que ayuda a tener un correcto tránsito intestinal.
- Además contienen minerales como: calcio, magnesio, fósforo, potasio y hierro.
• Nueces de macadamia y gastronomía
Por su delicado sabor, resultan muy apreciadas en la gastronomía. Se venden solas, a granel, empaquetadas, y las podemos encontrar en supermercados, tiendas Gourmet, herboristerías…
Combinan tanto con platos salados como dulces:
- En recetas saladas se muelen en trozos más o menos gruesos, y se añade la mezcla a platos de pasta, arroz, ensaladas, cremas de verduras… a los que aporta un toque muy agradable, ya que realza el sabor y aporta cremosidad a los platos.
- Igualmente combinan con postres dulces. Pueden presentarse junto con otros frutos secos como postre de músico, se puede añadir a la elaboración de pasteles, chocolates, trufas, helados, batidos de fruta…
• ¿Sabías que…?
A largo plazo, el consumir de forma habitual frutos secos, principalmente de cáscara dura (nueces de macadamia, nueces comunes, almendras, avellanas), aportan una serie de beneficios sobre la salud. Así lo constatan varios estudios de observación (entre ellos los realizados en la Universidad de Navarra y en la Universidad de Harvard, los cuales tienen artículos publicados en la revista New England Journal of Medicine).
- ¿Cuáles son estos beneficios, aparte de cuidar nuestro corazón?
A pesar del alto contenido en grasa de los frutos secos, se ha constatado que las personas que los consumen de forma habitual tienen un peso inferior y engordan menos con los años, en comparación a los que no toman.
La explicación es que al ingerirlos, la gente se siente saciada durante más tiempo debido a su contenido en fibra. Lo que a su vez hace que dejen de comer otros alimentos de alto valor calórico, como por ejemplo: alimentos ricos en azúcares y en grasas saturadas (perjudiciales para la salud, y se encuentran por ejemplo en lácteos enteros, productos de bollería).
La cantidad a tomar debe ser de 25-30 g sin contabilizar la cáscara (lo que equivale a un puñado), y deben tomarse crudos y con piel (“de los que hay que pelar”).
Si el objetivo es perder peso, no deben añadirse como un extra en la alimentación, porque incrementa la ingesta total de calorías, sino como un sustituto a otros alimentos calóricos. Se pueden incluir entre las comidas principales, por ejemplo tomar como merienda un yogur con frutos secos.
En la sociedad occidental actual, uno de los nutrientes que más alarma social genera es la grasa. Es necesaria, en cierta medida, para el correcto funcionamiento del organismo, pero no todos los tipos son iguales.
Cuando una persona comienza a hacer una dieta, está rodeada continuamente de tentaciones, pero con esfuerzo y sacrificio, la recompensa vale la pena.
Por fin podemos hacer un viaje! Aunque tener diabetes no incapacita para evadirte de tu rutina, sí que tienes que tener presente algunos aspectos para que disfrutes del viaje sin complicaciones.