Congelar permite tener comida en reserva para semanas o meses. Pero para conseguir una correcta y adecuada congelación, se necesita disponer de un congelador de cuatro estrellas, ya que son los únicos que tienes suficiente potencia para conservar los alimentos a -18 ºC hasta tres meses.
Llevar una planificación adecuada evitará romper la cadena de frío de los alimentos. Así pues, en el supermercado, conviene adquirir los congelados en el último momento y llevarlos a casa en bolsas isotérmicas. Hay que fijarse en si el envase lleva o no escarcha ya que, de ser así, significa que la cadena de frío se ha roto.
También es importante revistar la fecha de consumo preferente. Se debe respetar el plazo máximo de almacenamiento indicado en el envase, que suele ser alrededor de 12 meses.
¿Qué se puede congelar?
Alimentos crudos
- Verduras: Se trocean, se escaldan un poco y se escurren antes de congelarlas.
- Frutas: Se congelan cocidas o troceadas recubiertas con almíbar.
- Marisco: Es preferible congelarlo una vez cocido. A los crustáceos frescos hay que quitarles la cabeza.
- Carne: Se corta en trozos o filetes, se envuelve cada porción o ración por separado con film transparente y se empaquetan todos juntos. Para una mejor conservación se ha de eliminar la grasa visible antes de congelar y no es aconsejable conservar los despojos, es un producto que se altera con mucha facilidad.
- Pescado: Siempre hay que limpiarlo antes de ponerlo en el congelador. Hay que lavarlo, secarlos con papel absorbente y envolverlo en film plástico. El pescado congelado presenta las mismas propiedades nutricionales que el fresco, y se evita además el crecimiento de bacterias.
- Huevos: Hay que quitarles la cáscara y batir o mezclar su interior para después guardar la mezcle en un recipiente.
Alimentos ya cocinados
- Elimina el calor del producto antes de colocarlo en el congelador. Una vez esté cocinado, déjalo reposar y enfriar.
- Al cocinar alimentos que después se van a congelar, ten en cuenta no hacerlos del todo, para que al calentarlos para su consumo adquieran su “punto”.
- Sazónalos menos de lo debido, al congelarlos se concentrará y tomarán más sabor.
- Los líquidos (caldos, sopas, cremas) se pueden congelar dejando un espacio vacío o sobrante en el sitio donde se vayan a almacenar. Su volumen puede aumentar con el frío y esto evitará que revienten.
¿Cómo debemos descongelar?
La congelación no destruye todos los microorganismos presentes en los alimentos, aunque sí detiene su actividad e impide que se multipliquen. Por este motivo los productos congelados se mantienen sin alterarse durante meses. Pero cuando cesa la congelación, los microorganismos supervivientes recuperan su actividad y comienzan a crecer de nuevo, por lo que el alimento ha de consumirse en un plazo máximo de 24 horas.
Los productos congelados se deben descongelar en:
- El frigorífico: Su baja temperatura impide el desarrollo de los microorganismos supervivientes y mantiene la calidad higiénica.
- El microondas: En él sólo se descongelan bien las piezas delgadas o pequeños volúmenes porque de lo contrario los bordes se cuecen mientras el interior sigue congelado.
- Cocinándolo directamente (al vapor, al baño María…). Es necesario controlar muy bien la intensidad del calentamiento, de tal forma que los platos no queden hechos por fuera y crudos por dentro.
Ten en cuenta que es desaconsejable volver a congelar alimentos ya descongelados.
En la sociedad occidental actual, uno de los nutrientes que más alarma social genera es la grasa. Es necesaria, en cierta medida, para el correcto funcionamiento del organismo, pero no todos los tipos son iguales.
Cuando una persona comienza a hacer una dieta, está rodeada continuamente de tentaciones, pero con esfuerzo y sacrificio, la recompensa vale la pena.
Por fin podemos hacer un viaje! Aunque tener diabetes no incapacita para evadirte de tu rutina, sí que tienes que tener presente algunos aspectos para que disfrutes del viaje sin complicaciones.